Odría y el gobierno de Bustamante y Rivero
En el año 1945, el jurista José Luis Bustamante y Rivero fue elegido presidente constitucional del Perú, con el apoyo del partido aprista y su líder Víctor Raúl Haya de la Torre. Se instaló un gobierno donde los apristas tuvieron participación en varios ministerios así como dominaron el Congreso. Pronto hubo conflictos entre el presidente Bustamante y Haya de la Torre, ya que el primero no quiso convertirse en simple marioneta de los apristas.
La célula parlamentaria aprista pasó a hacer una desaforada oposición al gobierno, poniendo en peligro la gobernabilidad. Los más exaltados militantes apristas cometieron actos terroristas en todo el país. El 7 de enero de 1947 fue asesinado Francisco Graña Garland, presidente del directorio del diario La Prensa, hecho del que se culpó a los apristas, ya que dicho diario era el abanderado del antiaprismo. Este suceso produjo una seria crisis política. Bustamante decidió entonces renovar por completo a su Consejo de Ministros, dejando fuera a los apristas. Luego juró otro gabinete ministerial conformado en su mayoría por militares, entre los que figuraba el general Manuel A. Odría como Ministro de Gobierno y de la Policía. Odría representaba la tendencia radicalmente antiaprista del Ejército y estaba aliado con el sector agro-minero exportador, opuesto a la política de control de cambios de Bustamante que afectaba sus intereses económicos.
En su calidad de ministro, Odría insistió a Bustamante para que pusiera fuera de la ley al APRA. Como el presidente rehusó a tal exigencia, el gabinete en pleno dimitió. Quedó planteada así la crisis política, entre el gobierno y los militares. Estos, instigados por el sector agro-minero exportador, tramaron un golpe de Estado. Por su parte, los apristas planearon un golpe propio. Elementos del ala izquierda aprista se adelantaron y fomentaron la rebelión de la marinería en el Callao, que fue aplastada sangrientamente por el ejército, el día 3 de octubre de 1948. Bustamante puso fuera de la ley al partido aprista, pero ya era muy tarde. Los militares encabezados por Odría apresuraron su golpe de estado.
Gobierno constitucional (1950-1956)
Odría juró como Presidente Constitucional el 28 de julio de 1950, ante un Parlamento igualmente elegido por voto popular. En lo político mantuvo vigente la Ley de Seguridad Interior, que reprimía severamente a los opositores al régimen, fundamentalmente apristas y comunistas. En líneas generales continuó la obra trazada en la etapa de la Junta Militar.
Política interna
La represión política estuvo encarnada en la figura del director y luego ministro de Gobierno, Alejandro Esparza Zañartu, tenebroso personaje que actuaba bajo un halo de misterio. Fueron apresados y torturados miles de opositores y desterrados cientos de ellos. Como suele ocurrir en este tipo de gobierno, la corrupción campeó en todos los sectores del Estado, ante la falta de una rigurosa fiscalización.
El gobierno tuvo que afrontar el problema del asilo de Haya de la Torre en la embajada colombiana. Odría se negó a darle un salvoconducto, aduciendo que el líder aprista debía dar cuenta de crímenes comunes ante la justicia peruana. La sede de la embajada fue rodeada de fosos y ametralladoras, peligrándose así las buenas relaciones con Colombia. El asunto fue llevado ante al Corte Internacional de Justicia de la Haya. Finalmente, el gobierno peruano permitió que Haya de la Torre saliera de la embajada, para mandarlo de inmediato al exilio. El incidente desprestigió al gobierno de Odría a nivel internacional, ya que la imagen que Haya de la Torre proyectaba era la de un perseguido político, que hacía el papel de víctima.
Odría decidió seguir los pasos de Juan Domingo Perón, iniciando un régimen a la vez conservador y populista, que pudo mantenerse debido al auge de la economía peruana. Intentó atraer a la gente de los pueblos marginales de Lima, con la ayuda de su esposa María Delgado de Odría, quien también siguió los pasos de Eva Peróny logró aumentar las bases sociales del gobierno de Odría. Ella presidió la Central de Asistencia Social, fundada en 1951 y donde se daba atención a la mujer y al niño.
También reformó el sistema electoral, cuando el 7 de septiembre de 1955 permitió, por primera vez en la historia republicana, el voto femenino.
Ya en el tramo final de este gobierno, el aumento de los precios en los artículos de primera necesidad, la iniciación de una inquietante crisis económica-fiscal y la acentuación de la dictadura, produjeron malestar en las masas, clamándose por un gobierno que renovara las viejas estructuras de la nación. Surgieron nuevos partidos políticos como la Democracia Cristiana, el Social Progresismo, y posteriormente Acción Popular, acaudillado por el arquitecto Fernando Belaúnde Terry.
Obras del Ochenio[editar]
Política hacendaria
El régimen de Odría, en líneas generales, gozó de estabilidad económica, debido a una reorientación de la política económica hacia el liberalismo, así como por una afortunada coyuntura internacional, derivada de la guerra de Corea, que hizo repuntar los precios de los productos de exportación (algodón, azúcar, metales, lana). Los ingresos fiscales aumentaran notablemente, dinero que el gobierno utilizó en su programa de obras públicas, que aparte de su utilidad intrínseca, dio empleo a decenas de miles de trabajadores. La moneda se estabilizó.
Pese a que en América del Sur se mantenía un régimen proteccionista sobre los productos, el general Odría cambió radicalmente esto, al mantener una alianza con los exportadores para sacar al extranjero los grandes productos peruanos, lo que le permitió mantener una extraordinaria situación económica hasta el año 1955. Sin embargo, la economía continuó, con algunos altibajos el crecimiento iniciado durante estos años por los siguientes 20 años, hasta que bien entrados los años 1970, la crisis de la deuda externa causó crecientes dificultades.
En el ramo de los impuestos y contribuciones se realizaron significativas innovaciones: se aplicó el impuesto único al consumo de las bebidas alcohólicas, se estableció el estanco de la coca, se unificó el impuesto de los timbres, se abolió el estanco de los fósforos y se exoneró los pagos de impuestos de importación a los equipos destinados a la industria y a los minerales de exportación.
Se pactaron empréstitos con los Estados Unidos para la realización de obras públicas. Ello acrecentó notoriamente la deuda externa peruana.
Fomento y obras públicas
El auge en la actividad económica permitió a Odría desarrollar un vasto plan de obras públicas. Su lema de gobierno fue precisamente: «Hechos y no palabras». Las inversiones que en 1948 llegaban a 126.000.000 soles, pasaban de 1.000.000.000 en 1953.
- Un fuerte rubro de las obras públicas estuvo enderezado a la construcción de las Grandes Unidades Escolares (G.U.E.) tanto en Lima como en las principales ciudades del país, así como hospitales, ministerios, hoteles, etc. Muchas de estas obras fueron destinadas a la ciudad natal de Odría, Tarma (la Iglesia Matriz, el Hotel de Turistas, el Hospital Regional, etc.); y a Tacna, la ciudad heroica. Una obra emblemática fue la construcción del Estadio Nacional de Lima, considerado entonces como una obra colosal y que sería remodelado mucho tiempo después, en el 2011.
- Se realizaron importantes obras de irrigación, siendo la principal la derivación del río Quiroz al valle de Piura, iniciada por el gobierno anterior; asimismo se activó los trabajos de derivación de las aguas de la laguna de Choclococha al río Ica, se habilitó el canal internacional en el río Zarumilla, en coordinación con Ecuador, y otras pequeñas irrigaciones en los departamentos de Cajamarca y La Libertad.
- Se realizó un importante plan de construcción vial, mejorando las carreteras existentes y abriendo otras hacia el interior del país.
- Se impulsó la explotación petrolera por la promulgación de la ley orgánica del petróleo de 18 de marzo de 1952.
- Se continuó el proceso de industrialización. Para beneficio de la gran industria se formularon proyectos de electrificación.
- Para alentar la inversión minera se promulgó un Código de Minería en 1950. Las más importantes inversiones las hicieron compañías extranjeras (particularmente estadounidenses). Se inició la explotación de los yacimientos de cobre de Toquepala y Quellaveco, y la de hierro de Marcona. El auge de la minería se debió también a las necesidades internacionales derivadas de la guerra de corea
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